Acá te mostramos algunos de los problemas alimenticios más frecuentes en felinos:
Anorexia en gatos
Cuando un gato deja de alimentarse, el organismo no recibe proteínas y no es capaz de absorber glucosa, por lo que deberá buscar su energía a partir de otra fuente, las grasas acumuladas. Por ello es muy importante que la anorexia total de un gato no supere los 3 o 4 días en adultos y los 2 días cachorros.
La anorexia en nuestros amigos gatunos puede deberse a:
Problemas orgánicos: Alguna enfermedad y alimentos en mal estado; este problema requiere una visita al veterinario lo más pronto posible y una vez encontrado el motivo debemos de seguir al pe de la letra las indicaciones.
Problemas Psicológicos: Al igual que las personas, los gatos también pueden perder su apetito si no se encuentran emocionalmente bien. Cambios en el ambiente animal, en la dieta, nuevos compañeros, ausencia del dueño, el estrés y cualquier hecho que le haya afectado puede derivar en un problema de anorexia.
Obesidad en gatos:
Es el problema nutricional más frecuente de gatos, entre un 20% y un 30% de ellos sufren sobrepesos.
Es algo grave que produce un marcado deterioro de la salud del felino y acorta su vida de forma considerable. Normalmente está motivado por un consumo excesivo de calorías en su dieta. Los comederos llenos de forma permanente suelen llevar al sobrepeso de los datos domésticos con insuficiencia actividad física.
Una vez conscientes de que nuestro gato padece obesidad hemos de hacer una visita al veterinario para realizarse exámenes e informar cuál es la dieta nutricional ideal para que pueda rebajar de peso. No se debe hacer perder a nuestro gato más de un 1% a 2% de su peso a la semana.
Para prevenir la obesidad del gato lo más importante es proporcionar la cantidad de nutrientes necesaria y la actividad física suficiente para alcanzar el equilibrio, además de controlar periódicamente el peso para ver la evolución del mismo.
Los gatos son animales tremendamente exigentes y selectivos en su alimentación. Un humano responsable, que adora a su gato, conoce perfectamente el ritmo de alimentación de su felino y es capaz de darse cuenta de los cambios que se producen en él. Hacerlo es muy importante porque, muchas veces es la diferencia entre controlar un problema a tiempo o llegar tarde.
Fuente:
www.comportamientofelino.es
www.quegatos.blogspot.com