“Mi pequeño Balú lo rescaté luego de convertirse en el cachorro que no se vendió, se convirtió en un estorbo para sus anteriores dueños al grado de que se mantenía enjaulado con 6 meses de edad, no era capaz ni de soportar su propio peso por haber crecido en una jaula que le limitaba el espacio, dormía y comía entre sus propios desechos.
Pero desde hace 1 año que lo adopté y su vida cambió, ahora tiene suficiente espacio para jugar, comida y una cama caliente para los días de frío, pero sobre todo muchísimo amor <3″.
Un agradecimiento a su dueño Iván Vanix por compartirnos la conmovedora historia de Balú. Todos los seres vivos merecemos una segunda oportunidad. #ADOPTA #NOCOMPRES ¡Tener Mascota te hace bien!
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