Su abdomen parecía una marimba por lo flaca que era; además era también muy violenta porque en el refugio tenía que pelear con otros perritos para comer.
Hace dos años y medio recogimos de la calle a un viejo pastor inglés que se llama Bob, estaba muy descuidado, sin algunos dientes, con la cadera desviada y cicatrices de maltrato de patadas y con palos que alguna gente fea le daba. Hoy ambos dan alegría a nuestro hogar. Kira es la favorita de nuestros amigos por ser tan juguetona y cariñosa.
Bob es más introvertido pero muy dulce y junto a nuestro french Snoopy forman una manada increíble. Ojalá mucha gente adopte, hay tanto perro sin cariño, hogar ni comida. No es necesario comprar. Nosotros hemos visto que esos perritos son más agradecidos.
Fuente: Historia proporcionada por Julio y Adriana Hernández