“La oveja estaba sorprendemente activa e incluso caminó por su cuenta hacia la cabaña de ovejas que estaba a unos 500 metros comiendo hierba por el camino. Pero estaba muy delgada, solo piel y huesos”
El milagro: “Estaba amaestrando a uno de mis caballos y cabalgando cuando vi un ojo mirándome bajo un cúmulo de nieve. Eché una ojeada y vi a esta oveja viva junto a otra que estaba muerta”, comenta Jóhan.
Fuente: www.rtve.es