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Humanizar a los perros es un atentando a su Bienestar

Humanizar a los perros es un atentando a su bienestar ya que la Psicología y Bienestar Canino hace referencia a que cualquier perro tenga sus necesidades físicas y psicológicas cubiertas.

Esto no solo significa que tenga los cuidados adecuados, alimento y agua disponible, espacio y mucho amor en el hogar, sino también que sus patrones de conducta y de aprendizaje sean respetados.

Tratar a nuestros perros como lo que son, perros, es el mejor favor que les podemos hacer.

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Foto: canva.com

Y es que les queremos como a uno más de nuestra propia familia, participan de forma activa en nuestra vida cotidiana siendo objeto de nuestro amor y cariño.

Les enseñamos a comportarse como mejor sabemos, humanamente, atribuyéndoles capacidades que no tienen. Pretendemos que nos comprendan cuando en realidad hay un abismo cognitivo entre su mundo y el nuestro.

No son humanos, son perros. Y el trato humanizado deriva casi siempre en algún problema de conducta los cuales, a su vez, producen en muchas ocasiones un deterioro en las relaciones con los propietarios.

Siempre intento que los asistentes en mis clases y conferencias  puedan llegar a ver por un momento el mundo a través de los ojos de un perro ¡Qué diferente ven todo entonces!, comentan.

Mucho más sencillo, mucho más sereno. Nuestras mascotas no se complican la vida con celos, venganzas, etc. como nosotros. Viven de una forma mucho más sencilla mientras nosotros nos empeñamos en complicársela.

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Foto: canva.com

El mundo del comportamiento canino, aunque complejo en cuanto a sus mecanismos neurológicos y procesos emocionales, es muy sencillo en cuanto a su manifestación conductual.

Disponibilidad de recursos, relaciones sociales, jerarquías y vínculos, estimulación sensorial y ejercicio. Ellos no tienen celos de otros, tienen jerarquías sociales innatas que hay que respetar.

Ellos no se vengan de nosotros y destrozan muebles cuando nos vamos, sino que se sienten abandonados y manifiestan su energía y aplacan su ansiedad mordiendo objetos, orinando por todos lados o llorando, lo cual interpretamos como una venganza. Ellos no aman, porque el amor es un concepto humano, sino que se vinculan con otros miembros de la manada, canina o humana, lo cual no deja de ser una forma de amor, pero canino, que es diferente.

No entienden que si no les felicitamos o corregimos de forma inmediata a su conducta, no asocian ésta con la consecuencia ya que tienen medio segundo de memoria de trabajo. Solo pensemos cuántos propietarios castigan de alguna forma a sus perros incluso horas después de haber cometido la conducta no deseada.

Si tratáramos  a un loro como a un caballo o viceversa, o a una persona como a un primate…¿no acabaríamos nosotros también con problemas de conducta? Cuanto más conozcamos de psicología y comportamiento canino y más respetemos la conducta y métodos de educación propios de nuestras mascotas, mejor calidad de vida les daremos. Eso es bienestar animal.

M. Sc. David Peiró
Etólogo Clínico. Director Fogaus Educación y Bienestar Animal
www.fogaus.com
info@fogaus.com

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