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Canelo, un amigo fiel hasta la muerte

Así como la famosa historia de Hachiko, el perro Akita que espero a su dueño en una estación de tren hasta su muerte, esta historia de amor tiene como protagonista a Canelo, un perrito callejero de Cádiz que pasó 12 años en la puerta del hospital esperando encontrarse de nuevo con su amo, pero este nunca salió. 🙁

En 1990, el dueño de Canelo ingresó por última vez en el centro hospitalario para someterse a una diálisis. Esa mañana los dos amigos se despidieron como de costumbre, con un “espérame aquí, compañero”, una frase que explica la vida de Canelo a partir de ese momento.

Ese día algo salió mal y el amo nunca volvió a reencontrarse con su perro. Pero su fiel escudero no podía comprender que su amigo ya no estaba vivo.

Como era costumbre, Canelo había acompañado a su amo y siempre había vuelto. Así que lo esperó, y lo hizo no sólo un día, ni dos, ni tres,  sino por  12 años, día tras día, con viento, lluvia, frío o calor.

Durante su larga espera llegó a ser denunciado y fue trasladado a la perrera en dos ocasiones, provocando movilizaciones de vecinos y protectoras de animales, que amaban a Canelo que finalmente consiguieron su indulto.

Desde ese momento Canelo estuvo a cargo de la Asociación Agaden quiene se hicieron cargo de Canelo, apadrinándolo y proporcionándole las vacunas y los permisos necesarios para que pudiese seguir esperando a su dueño sin tener más problemas.

Canelo fue adoptado en dos ocasiones, pero este no quería otro hogar que no fuera el de su amo, por lo que tuvo que ser regresado a la calle antes de que muriera de pena.

Fue entonces que en una mañana del 9 de diciembre de 2002, cuando un Volvo oscuro terminó con la vida Canelo, arrollándolo en el paso de peatones que tantas veces había cruzado a las puertas del Hospital Puerta del Mar.

Un triste final para un perro que demostró la lealtad hacia su dueño hasta el final de sus días.

Estatua en honor de Canelo: Fiel hasta la muerte

Dos años después de su muerte, por iniciativa de la Asociación Agaden y con el visto bueno del Ayuntamiento, la asociación protectora de animales y las federaciones de vecinos, se decidió darle su nombre a una calle peatonal que Canelo frecuentaba.

En el mismo callejón se colocó una placa de bronce con el torso en relieve del animal conmemorativa de este acto de fraternidad y de amor incondicional.

En la placa se puede leer aún: “A Canelo, que durante 12 años esperó en las puertas del hospital a su amo fallecido. El pueblo de Cádiz como homenaje a su fidelidad. Mayo de 2004.”

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Una respuesta a “Canelo, un amigo fiel hasta la muerte”

  1. Angelo sfortunati, spero sarai insieme al to tanto atteso padrone adesso e auguro fortemente a colui che ti ha investito fuggendo e lasciandoti morire di aver avuto una vita breve e ancor più dolorosa della tua

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